El riego es una parte importante de la agricultura. Se utiliza para asegurarse de que las plantas estén húmedas, sin agua no hay germinación y no pueden crecer adecuadamente. Hay muchos tipos diferentes de sistemas de riego, pero todos tienen el mismo objetivo: mantener las plantas regadas.
Algunos de estos sistemas de riego incluyen aspersores aéreos, riego por goteo y riego por bombeo. Es importante que los agricultores elijan el sistema que mejor se adapte a sus necesidades y a las necesidades de sus cultivos.
Escoger el sistema correcto ayudará a aportar la cantidad necesaria de agua en el momento correcto, humedeciendo el suelo con la profundidad que se requiera para cada cultivo.
Dependiendo del tipo de cultivo y sistema de riego que se utilice para el campo su funcionamiento podría variar, generalmente el sistema está compuesto por un controlador de riego, una bomba y una red de tuberías, aspersores y válvulas que entregan agua a las plantas.
Si el sistema de riego falla o funciona mal, puede provocar la pérdida de cultivos.
Es importante que los agricultores mantengan registros de su uso de agua para que puedan administrar su uso de manera eficiente y asegurarse de que no están desperdiciando el exceso de agua.
Los métodos de programación de riego de campo se utilizan para determinar la cantidad de agua que se necesita aplicar en un área determinada.
Factores a tomar en cuenta antes de la programación de riego:
– El tipo de cultivo que se tendrá y altura de la planta es necesario tomar en cuenta.
– El suelo, el tipo de terreno es sumamente importante ya que la textura y color puede determinar la cantidad de agua que se necesita.
– La temperatura, los climas cálidos con altas temperaturas requieren de más agua debido a la evaporación.
– La extensión del terreno, esto establecerá la cantidad de inversión para tu cultivo.
Para un control más automatizado de la plantación se puede recurrir a sensores de humedad inalámbricos o mantener una programación de riego basado en la inspección de suelo y ambiente.