Cuando las plántulas son trasplantadas en el campo van a sufrir un grado de estrés como resultado del trasplante. Por eso, la meta del trasplante de cultivo es minimizar ese estrés y hacer que las plantas comiencen a crecer cuanto antes. La clave para evitar el estrés del trasplante de cultivo es comenzar con plántulas que han sido muy bien regadas y luego proporcionarles más agua inmediatamente después del trasplante. Evite hacer trasplantes en suelos secos.
Aunque se planten en suelo húmedo, las plántulas siempre van a necesitar agua adicional. Esto se puede lograr poniendo agua en el hoyo donde se va poner la plántula o regando inmediatamente después del trasplante en el campo.
Asegúrese que cuando se colocan las plantas en el hoyo del trasplante la parte superior de la bola de raíces de la planta quede bien cubierta por la tierra del campo. Si la masa de raíces queda expuesta, estas se van a secar muy rápido y las plántulas no van a prosperar. En esta etapa el riego por aspersión es más efectivo que el riego por goteo ya que la bola de raíces va a estar muy lejos de la línea del riego por goteo. Una lluvia ligera también es bienvenida después del trasplante.