Con más de 80 mil productores en el país, más los cientos de miles de trabajos vinculados directa e indirectamente a esta cadena agroalimentaria, el cultivo de la papa es una importante fuente de empleo en Ecuador.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la papa se cultiva en alrededor de 80 cantones de la Sierra ecuatoriana. El 76% se produce en áreas inferiores a unas 5 hectáreas, mientras que el consumo per cápita ronda los 25,32 kg.
Un tubérculo muy versátil, que se consume masivamente horneado, frito, en puré, tanto como guarnición como aperitivo. Cocidas con piel son una buena fuente de muchas vitaminas y minerales, como potasio y vitamina C.
No obstante, bajas de rendimiento por factores climáticos adversos o enfermedades como la punta morada pueden influir en la producción anual. Te explicamos a continuación las técnicas, consejos e ideas en torno al cultivo de la papa.
Parámetros adecuados para el cultivo de la papa
Las papas crecerán en casi cualquier suelo bien drenado. Para asegurar altos rendimientos, es clave plantar en un rango de temperaturas mínimas de 18 a 20 °C y máximas entre 30 a 32 °C.
El suelo por su parte debe ser fértil, con un pH de 4,8 a 5,4. Es recomendable además que el suelo sea suelto para ofrecer la menor resistencia al crecimiento del tubérculo. Por lo tanto, lo idóneo es disponer de una buena labranza, que puede ser rápida, cómoda y fácil mediante la mecanización de un rotavator, según la extensión del terreno.
La tierra igualmente debe prepararse con un arado adecuado de hasta 20-25 cm de profundidad. Se debe mantener suficiente humedad en el suelo antes de sembrar.
Para su plantación, lo idóneo es utilizar semillas o tubérculos seleccionados, con pesos entre 20 a 125 gramos. Deben mantenerse en un lugar fresco y sombreado para permitir la aparición de sus brotes. La distancia de plantación preferida para el cultivo de la papa debe ser de 50×20 cm y 60×25 cm.
Una parte fundamental de la siembra de papas es no dejar que se expongan a la luz solar durante demasiado tiempo. Los tubérculos expuestos se volverán verdes y producirán un compuesto tóxico llamado solanina. Este compuesto los vuelve amargos, no comestibles y potencialmente causantes de náuseas.
¿Cómo remediarlo? A medida que crece una planta de papa, produce un tallo principal con hojas y flores sobre el suelo. Mientras tanto, bajo tierra, se forman los tubérculos en tallos secundarios que se ramifican desde el tallo principal. Para evitar que los tubérculos poco profundos se expongan a la luz solar se apila unos centímetros de tierra alrededor de la base del tallo. Por lo general, esto se hace de tres a cuatro veces durante la temporada.
Fertilización y riego en el cultivo de la papa
Ten en cuenta que los valores del terreno pueden variar según las condiciones iniciales. Pero en suelos con pH bajo tiende a ir de la mano bajos índices de calcio y magnesio. El cultivo de la papa exige un suministro relativamente alto de ambos elementos.
Igualmente, para el momento de la cosecha ambos elementos no se reponen y cada vez hay mayor carencia. El magnesio, clave para la fotosíntesis, es un impulsor de la energía y el rendimiento de las plantas. El calcio por su parte es fundamental para la resistencia a las enfermedades, durabilidad y calidad de la papa.
Se requiere riego frecuente para el cultivo, dependiendo de la humedad del suelo. Una adecuada irrigación aumentará considerablemente los rendimientos. Verifica la fuente de agua. Aguas subterráneas tiene menos riesgo de transmisión de enfermedades. Preferiblemente, riega al mediodía para permitir que las hojas se sequen antes de la noche.
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