Según el destino final del producto, se distinguen dos tipos de agricultura: la intensiva (destinada generalmente a agroindustria o mercados definidos) y la de subsistencia (destinada como su nombre lo indica, a la alimentación y sustento de familias campesinas).
La agricultura intensiva hace uso intenso de mano de obra, insumos y herramientas y equipos. Es una agricultura que requiere ser cada vez más eficiente en términos de productividad, para lo cual debe aumentar los rendimientos de la mano de obra, optimizar el uso de insumos y utilizar las herramientas y equipos adecuados que redunden en ahorro de los costos de producción y labores bien hechas.
Entre los equipos más comúnmente usados en una finca se encuentran: fumigadoras, guadañadoras, motosierras, motobombas, picapastos, etc. Al momento de adquirir uno de estos equipos, el agricultor debe analizar muy bien: para que lo necesita, con qué frecuencia lo necesita, cuanto se ahorra en dinero al adquirir el equipo y los costos de mantenimiento.